“La clave es la observación”: monero Los Indispensables

por Samuel Cortés Hamdan

Tiene un trazo maduro, una inclinación por el color recargado y un gusto visiblemente mexicano, aunque su dibujo se nutre de la escuela animada gringa. Ha creado personajes constantes y rituales de publicación que sus lectores agradecen y fomentan, además de un estilo reconocible que mezcla el hallazgo cultural (Vlad el Empalador convive con León Larregui) con la nostalgia permanente de los niños de los 90 y el chiste eminentemente local.

Es Arturo Trejo, la mente detrás de Los Indispensables, un proyecto de humor gráfico que, junto a contemporáneos como El Manchón o ChangosPerros, da cuenta de la salud del cartón mexicano, al mismo tiempo alburero, político, denunciante, social, pambolero, burlón, simultáneo, elotero y frívolo, al menos.

Altura desprendida conversó con este autor y memero joven para adentrarnos en la inteligencia, orígenes y apetitos de su oficio de risa y raspón, como suele ser el arte en México.

Un cantante de Zoé revisitado.

¿Cómo elegiste el dibujo, el cómic, el humor, como tu lenguaje artístico? 

Desde niño fui muy inquieto con eso de la dibujada, siempre traía algo para dibujar, en la escuela siempre me identificaron como “el que dibuja”. Fue un par de años después de que inicié Los Indispensables cuando encontré el estilo que tiene actualmente el proyecto, influenciado por trazos como J.G. Quintel (Regular Show), Pen Ward (Adventure Time) y Dan Harmon (Rick and Morty), y el único e inigualable maestro de maestros Trino Camacho. Entre más sencillo el trazo y diseño de personajes era más fácil digerir todo por parte de la audiencia. Contar una pequeña historia en cuatro cuadros, buscar la manera de resumir el mensaje con poco diálogo y tener un buen punchline eran parte de mi misión. No es un proyecto concreto, mientras pasa el tiempo sigue evolucionando.

En cuanto al humor y el lenguaje artístico, siempre fui muy simple y gracias a Dios siempre estuve rodeado de gente con mucha chispa y con un sentido del humor que alimentaba mi creatividad. Aprender a observar todo lo que te rodea es una gran fuente de inspiración, material ilimitado, un mundo de posibilidades.

¿Cómo ha sido tu tránsito por las redes sociales, donde hoy gozas de un público nutrido y más de un cuarto de millón de seguidores en Facebook?

Ha sido un lugar de aprendizaje. Con el tiempo aprendes a leer a tu público y a tu audiencia; al principio me costó trabajo captar su atención, comencé con la idea de ofrecer contenido de humor, pero en ese momento no tenía pies ni cabeza y era muy inconstante en mis publicaciones.

También estaba el grandioso dilema de si realmente valía la pena o si no era bueno en lo que hacía. Lamentablemente queremos medir nuestro éxito en likes, reacciones y comentarios, éstos son como una droga, llegas a cierto número y después quieres más y más y más; si alguna publicación no llega a lo esperado comienzas a dudar de tu capacidad como creador de contenido. Yo duré mucho tiempo dentro de ese círculo vicioso, quería el reconocimiento a toda costa. Un día me cansé de eso, desperté una mañana y dije: “Voy a ser constante y lo que haga lo voy a hacer por mí y por el hecho de que amo lo que hago, me divierte y apasiona, si ese algo le llega a gustar a sólo una persona, ya es una estupenda ganancia, ya alegraste su día con tu trabajo”.

Después de ese día el proyecto comenzó a captar la mirada de más seguidores… y pues aquí estoy.

Inclemente.

Eres alburero, urbano, mexicano (elotitos, pantuflas escurridas, padalustro, las monografías de los 90 habitan tus cartones), respondes a la coyuntura como el colapso en la Línea 12 o el campeonato del Cruz Azul. ¿Cómo piensas tu relación con la identidad cultural mexicana? ¿Quieres gustarle a tu público local o sólo sucede que te sientes cómodo con ese lenguaje popular anónimo?

México es un país rico en cultura, pero es más rico en personajes. Ya lo decía Cartoon Network en una campaña a inicios del 2000: “Cartoon Network, el lugar de los mejores personajes… claro, después de México”.

La clave de todo esto es la observación, las vivencias que va teniendo uno, desde los momentos sublimes hasta los más mundanos, desde plasmar a Doña Pelos haciendo quesadillas como al conserje del lugar donde vives, la diversidad de personajes que encuentras en el transporte colectivo, tus compañeros de trabajo, amigos, hasta tu misma familia: hay de todo y para todos, México está a menos de una “sana distancia”, tú decides si tomas esa oportunidad o no.

Me siento muy cómodo y contento de cómo sigue caminando este proyecto, increíblemente tengo público internacional, principalmente en Latinoamérica. Colombia sigue después de México, me tocó conocer ese país en 2019 y hay mucha similitud con la cultura mexicana. También tengo público norteamericano y europeo; es más, los cartones han llegado hasta Japón pon.

El internet y las redes son una herramienta grandiosa para que tu trabajo sea conocido en todos lados. Me gustaría próximamente incursionar con el público de habla inglesa, pero para eso tendría que proponer algo diferente a sólo el humor, tal vez comenzar con alguna novela gráfica o cómic, es una espinita que aún no logro sacarme, tendré que trabajar en ello.

¿Albur internacional?

Conviertes algunos cuadros de tus cartones en plantillas para que la gente forme sus propios memes. ¿Por qué? ¿Estimas al lector como un autor? ¿Cedes a una tendencia que de todos modos sucede, el copypaste creativo de internet?

Los Indispensables es una comunidad, sin espectador no hay arte. Afortunadamente tengo una fandom de hueso colorado y muy fiel al proyecto, son muy participativos, incluso propositivos, principalmente con ideas para los “Viernes de”.

Creo que una forma de crear sentido de pertenencia es hacerlos participativos en mis publicaciones, es un ganar-ganar. En definitiva, es una dinámica que he visto rondando en las redes y creo que es algo increíble, funciona muy bien con tu público. La mayor parte se trata de ceder a tendencias, ¿de qué otra forma podrías estar en boca de todos?, sólo que tienes que ser más inteligente al momento de entrarle al rodeo.

Has creado algunos rituales de publicación, como los lunes de ballenita o los viernes albureros. ¿Cómo se dio este proceso?

Ambas publicaciones, como diría Bob Ross y que Diosito nos lo tenga en su santa gloria, fueron accidentes felices: tanto “Lunes la Ballenita” como los “Viernes de” salieron de una necesidad de expresar tanto mi fastidio por el inicio de semana como mi alegría por disfrutar el inicio del fin de semana. Todos o la gran mayoría odiamos los lunes y todos amamos el sexo, eso es una realidad.

Además, a la gente le gusta enamorarse de los personajes, aunque sean de libros, películas, series, caricaturas, etcétera, volvemos al sentido de pertenencia, nos gusta sentirnos relacionados a un sentimiento o ficción, de ahí nace una sociedad. Ya tenía varios personajes recurrentes en mis tiras, la mayoría han generado reacciones muy positivas, pero Lunes vaya que es cosa seria, una ballenita muy ácida y a veces culera, ¿qué podían esperar de alguien llamada Lunes?

En cuanto a los viernes, sólo diré que se trata de mi México mágico, ñero y dicharachero en todo su esplendor.

Recetas infalibles.

¿Por qué se llaman Los Indispensables tus cartones si dibujas solo? ¿Quiénes son los indispensables?

El proyecto nació con un cómic de un grupo de amigos que estaban en preparatoria y vivirían cosas muy locas, pero todo se resolvería gracias a “el poder de la amistad”, jaja. Los amigos son algo que valoro mucho en mi vida, los buenos amigos siempre van a estar ahí, en las buenas y en las malas, y como siempre van a estar ahí al final del día son indispensables.

Con el paso del tiempo ese proyecto entró a un letargo y comenzó a mutar, convirtiéndose en lo que conocemos hoy en día. Se crearon nuevos personajes: el soñador Walter Kitty, el histriónico Vlad el Empalador a.k.a “Don Dráculas” y su fiel amigo MiYorch el elotero, Santi la cucaracha depresiva, el azteca Mixtli, Lunes la Ballenita, entre otros. El público los acogió con mucho cariño, se volvieron indispensables tanto para la audiencia como en mi vida. Todos somos Los Indispensables.

Platícanos sobre tus principales admiraciones artísticas. ¿Quién te ayudó a conformar tu ojo en el cine, la pintura, el cómic? ¿A quiénes debemos leer para seguirle el paso a tus gustos?

En este camino me ha ayudado mucha gente, principalmente mis padres, gracias a ellos aprendí el amor al cine, veo todo tipo de películas, buenas, malas y palomeras. No me mamoneo con que “Sólo veo cine de arte, we”, para mí una buena película es la que te entretiene. Como buen niño de los 90 fui criado por la televisión, las caricaturas, el señor Nintendo, los libros y toda la cultura pop que llegó a mis manos.

El amor por la pintura surgió gracias a mi maestra Magdalia, del Centro de Artes Visuales en Aguascalientes, y a mi maestra de historia del arte Paty Glinz, ambas unas fregonas en su área. Y en cuanto al cómic, cuando estaba chavito mis papás me compraban Aventuras de Capulinita, era un librito cómic de Capulina, además de Condorito, Gasparín, Archie, etcétera.

Y por supuesto el único e inigualable Libro Vaquero, que lo encontraba en casa de mis abuelos. Cuando lo vi dije: “Ah, jijo, qué manera de dibujar a estas señoritas tan correctas”. Ya más de adolescente comencé a comprar uno que otro cómic (lo que me alcanzara), ya que no había mucho, o leía los que mis amigos me prestaban.

Ahorita de adulto es una bendición trabajar porque gran parte de mis ingresos se van en cómics, novelas gráficas, mangas y libros, los cuales me ayudan a tener una visión más global de las historias y cómo plasmarlas, sin duda son una gran fuente de inspiración para mí y mis próximos proyectos.

¿Qué tienen que leer? Ufffffff, hay muchas cosas que puedo recomendarles, si me lo permiten puedo dejarles algunas recomendaciones al final de la entrevista, pero más que leer mis gustos sugiero que lean, vean y escuchen de todo: vivimos en una sociedad que tiene que estar en aprendizaje continuo, y con aprendizaje me refiero a aprender de todos, todos tenemos algo que decir en definitiva, hay propuestas muy interesantes allá afuera, sólo hace falta escuchar.

Si les puedo recomendar ampliamente un libro y que para mi gusto ha sido de las mejores cosas que he leído, lo haría con Azteca de Gary Jennings, es una cosa increíble. Como consejo en general: lean lo que se les dé su chingada gana, pero lean.

El corazón puede ser cruel.

¿Tus cartones te alcanzan para vivir? ¿Eres un monero sustentable? ¿Te consideras un dibujante profesional? ¿Qué significa tratar de dibujar profesionalmente en México?

Apenas este año comencé con colaboraciones pagadas. He tenido la fortuna de cerrar algunos contratos mensuales, me ha ido bien, junto con mi sueldo godín ya puedo decir que estoy arriba de la media.

Aún no puedo presumir que soy un monero sustentable, ya que esto de los contratos tiene que hacerse más constante, ahorita estoy en la etapa en la que algunas marcas me están conociendo, espero cerrar el año con más oportunidades.

Sí me considero un dibujante profesional. Al momento de brindar un servicio sabes que tienes que entregar algo de excelente calidad, es algo que tiene que gustarte a ti al cien por ciento para que a tu cliente pueda encantarle (en la mayoría de los casos); luego hay clientes muy difíciles, pero es parte del show y sobre todo hay que aprender a no regalar tu trabajo.

Dibujar profesionalmente en México se trata de chingarle, chingarle y seguirle chingando, aquí no es de hoy dibujo y el resto de la semana no, la curva de aprendizaje no se detiene nunca y es necesario saber lidiar con la frustración. Vivimos en un país donde es muy complicado vivir de algo que esté relacionado con el arte; como todo en la vida, se requieren esfuerzo y sacrificios, pero si aprendes a tratar con eso, el camino se vuelve llevadero, incluso divertido. La clave de dedicarte a esto es que ames y te apasione lo que hagas y si no es así creo que es momento de detenerte, sentarte y pensar qué es lo que quieres hacer con tu vida y a dónde quieres llegar, y es muy válido.

Si puedo dar un consejo a todos los artistas emergentes que se quieren dedicar a “hacer monitos” es que no tiren la toalla, Roma no se hizo en un día, no bajen la guardia, sigan practicando, sigan dibujando, diviértanse con su proyecto, pongan atención en todo lo que los rodea, tengan referentes y trabajen en metas. Al final del día todo valdrá la pena.

Las monografías que nos enseñaron a monear.

Les dejo mis top cinco:

Películas:

1. The Last Samurai (Edward Zwick, 2003)
2. Robin Hood: Prince of Thieves (Kevin Reynolds, 1991)
3. Rocky (John G. Avildsen, 1976)
4. Gladiator (Ron Howard, 2000)
5. Inception (Christopher Nolan, 2010)

Películas animadas:

1. Fantasia (vv.aa, 1940)
2. Akira (Katsuhiro Ōtomo, 1988)
3. El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001)
4. Titan A.E. (Don Bluth & Gary Goldman, 2000)
5. Atlantis: The Lost Empire (Gary Trousdale & Kirk Wise, 2001)

Libros:

1. Azteca, Gary Jennings
2. La historiadora, Elizabeth Kostova
3. Ready Player One, Ernest Cline
4. Macario, Bruno Traven
5. Drácula, Bram Stoker

Cómics / Novela Gráfica:

1. Seconds, Bryan Lee O’Malley
2. Judas, Jeff Loveness
3. Blacksad, Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido
4. The boys, Garth Ennis
5. Watersnakes, Tony Sandoval


***
Samuel Cortés Hamdan (Guadalajara, 1988).
 Licenciado en letras por la UNAM, ha trabajado como editor y reportero en distintos medios. Escribe sobre cine, lo que pasa en la calle, los reveses de la emoción y su apego a los accidentes del terreno, así como de libros que querrían su reedición. Guarda dos inéditos en el cajón.
Twitter: @cilantrus

Imágenes de portada e interiores: cartones de Los Indispensables, tomados de las redes sociales del artista.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s