Nuestras películas favoritas de 2020 y 2021

Nunca son todas las que están, ni están todas las que son. Sin embargo, los colaboradores de cine de Altura desprendida nos pusimos de pretexto esta lista para recordar 20 películas que nos volaron la cabeza durante 2020 y 2021. Oscilamos libremente entre el cine mundial, nacional y latinoamericano, así como entre la ficción, la animación y el documental, para recomendar estas cintas que se antojan antes de salir a la calle, ahora sí, en este 2022.

Las películas favoritas de 2020 y 2021

20. Una película de policías, Alonso Ruizpalacios, México, 2021.

Apología del policía de a pie, historia real con meta relato infiltrado. Quizás así podría resumirse este filme que se mueve por diversos gradientes del documental que van del testimonio a la dramatización, con sus toques de idilio, denuncia, fantasía y teatro autorreferencial. Sin absolver al sistema, el punto de vista se centra en quienes se encuentran en el último nivel de la pirámide de la “justicia” mexicana, en los que sobreviven a su labor y a su sueldo, los que no saben qué papel juegan en el engranaje de la gran maquinaria, los que, quizás, simplemente están buscando pareja o cómo mantener a la familia.

19. Bergman Island, Mia Hansen-Løve, Francia, 2021.

Se trata de una película metaficcional en distintos sentidos y niveles. Cada capa del filme va develando la verdadera identidad y emociones de los protagonistas. La atención al detalle es tremenda y va involucrando al espectador a medida que profundiza en su propuesta. La directora logra una cinta que se siente sumamente íntima y honesta. Un gran plus es esa gran secuencia musical en la que Mia Wasikowska y ABBA toman protagonismo. Una reflexión sobre el hecho mismo de contar historias.

18. Benedetta, Paul Verhoeven, Francia/Países Bajos, 2021.

Catalogado como “maestro del exceso”, “cineasta indomable” y frecuentemente malentendido por la crítica, Verhoeven regresa con esta película basada en The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy, novela histórica escrita por Judith C. Brown. A sus más de 80 años y fiel a su impronta de cine de autor, Verhoeven entrega un largometraje de calentura lésbica y delirio religioso con sus mordientes tintes de erotismo, mal gusto y “milagro” escatológico, de por sí característicos de la literatura católica. El filme nos da detalle del amasiato de Benedetta Carlini y la monja Bartolomea, ambas bajo el escrutinio inquisidor de la abadesa Felicita y del monseñor Alfonso, en el marco de la peste que desoló a la Italia del siglo XVI. Una obra maestra de ambigüedad moral y de escenas memorables a un pasito del ridículo.

17. Cholitas, Jaime Murciego y Pablo Iraburu, España/Japón/Chile/Bolivia, 2019.

Cinco cholitas aymaras de Bolivia deciden dejar sus casas y a sus esposos, alumnos o hijos para iniciar su propio viaje iniciático hacia la cima del Aconcagua, en la cordillera andina de Mendoza, Argentina, la montaña más alta de América. Como una metáfora de la vida, este documental nos recuerda que todos tenemos nuestra propia cumbre, y es mejor llegar acompañado a la cima.

16. I’m thinking of ending things, Charlie Kaufman, Estados Unidos, 2020.

En este tercer largometraje de Kaufman como director y guionista reaparecen sus obsesiones ya frecuentes: anhelos humanos de conexión y esperanza, proyecciones masculinas en personajes femeninos y laberintos psíquicos surrealistas. Jake y su novia Lucy (¿o Amy?, o tal vez Yvonne) comienzan un viaje en auto en plena tormenta de nieve. El destino es la granja de los padres de Jake, a quienes la chica conocerá por primera vez. Como si fuera un filme no binario, hace malabares con distintos géneros sin asentarse en uno, ofreciendo el lujo (o para algunos, la maldición) del juego de la interpretación.

15. ¿Qué les pasó a las abejas?, Adriana Otero Puerto y Robin Canul Suárez, México, 2019.

Los mayas y las abejas meliponas tienen una relación de cooperación milenaria. Con esa herencia ancestral, Gustavo Huchin y Leydi Pech mantienen una producción local de miel en Campeche. A pesar de la invasión de compañías transnacionales, el predominio de los monocultivos y los conflictos interraciales, ellos buscan la manera de continuar el legado que recibieron y resguardarlo para las siguientes generaciones.

14. Las golondrinas de Kabul, Eléa Gobbé-Mévellec y Zabou Breitman, Francia/Luxemburgo/Suiza/Mónaco, 2019.

Esta adaptación de la novela homónima de Yasmina Khadra cuenta de una forma entrañable la historia de dos parejas que entrelazan sus vidas de manera insospechada. Atiq, vigilante de la prisión, y su esposa enferma Mussrat, se encuentran en una relación desgastada y atravesada por los valores del régimen talibán. Por otro lado, Zunaira y Mohsen, una pareja joven y liberal, busca la manera de sostener su libertad a través de pequeños actos cotidianos, aspirando a formar parte de un movimiento de resistencia más grande. En cualquier momento todo puede cambiar, nadie puede garantizarse la vida bajo un régimen totalitario, ni siquiera las aves, pues en la plaza principal, los talibanes disparan por diversión a las golondrinas.

13. Drive My Car, Ryusuke Hamaguchi, Japón, 2021.

Hamaguchi nos regaló dos cintas maravillosas en 2021: The Wheel of Fortune and Fantasy y Drive my Car. En esta última, basada en el cuento homónimo de Haruki Murakami, Kafuku acepta una residencia de dos meses en un programa de teatro en Hiroshima, donde dirigirá una versión experimental de Tío Vania de Chéjov. Watari es asignada como su chofer a pesar de la desconfianza de Kafuku y así inicia el viaje. Una serie de intertextos dialoga con la historia principal y sirve como motor narrativo de la misma. Es una cinta sobre lograr comunicarse con el otro, aprender a dejar ir y perdonar; un relato de duelo y sanación.

12. Don´t Look Up, Adam McKay, Estados Unidos, 2021.

Controvertida y sospechosa por sus posibles dobles intensiones (y por ser producida por Netflix), esta película al puro estilo de McKay retrata fielmente el delirio estadounidense por el fin del mundo, pero jamás por el fin del capitalismo. La doctoranda en astronomía Kate y su profesor Randall descubren un cometa que colisionará con la Tierra para causar una catástrofe incluso peor que la que extinguió a los dinosaurios. El gran problema de hacer pública esta noticia en la era de las redes sociales, la banalidad de la información y las teorías conspirativas, será cómo persuadir al mundo de que se trata de una amenaza real. Todo deberá decidirse dentro de los seis meses faltantes para el impacto.

11. Druk, Thomas Vinterberg, Dinamarca, 2020.

Alejándose del dramatismo exacerbado de su gran éxito, Submarino (Dinamarca, 2009), así como de sus raíces Dogma, Vinterberg nos presenta a un variopinto grupo de profesores cuarentones en plena crisis de la mediana edad, quienes deciden poner a prueba una alocada teoría acerca de la sociabilidad y su relación con el consumo de alcohol. La intención de dicho experimento es, según ellos, rescatar sus vidas de la miseria moderando su consumo diario de bebidas alcohólicas y, en realidad, excediéndose hasta alcanzar el punto más absurdo de la borrachera decadente y más allá.

10. Sin señas particulares, Fernanda Valadez y Astrid Rondero, México, 2020.

Una madre busca a su hijo que cruzó la frontera con Estados Unidos sin dejar rastro. Un hijo busca a su madre al volver a lo que queda de su hogar a la mitad de un pueblo fantasma arrasado por el narcotráfico. En el camino se oyen los ecos de los desaparecidos y se aparecen los fantasmas de los cuerpos sin nombre recuperados. A pesar de ello, hay quienes no dejan de buscar. La ópera prima de Fernanda Valadez promete un cine de belleza fílmica y personajes entrañables en medio de la catástrofe.

9. Mi mejor amigo, Ferit Karahan, Turquía, 2021.

Un internado para niños en medio de la nieve de un crudo invierno turco. Ahí, Yusuf ve enfermar a su mejor amigo después de ser castigado a bañarse con agua fría. El sinsentido de la disciplina, las reglas y el sufrimiento como los valores más altos revienta en la cara de profesores, empleados y directivos para recordar la importancia de la ternura y el cuidado. Este filme, que recuerda a ¿Dónde está la casa de mi amigo? de Kiarostami, nos devuelve a la cordura que se encuentra fácilmente en los niños.

8. Noche de fuego, Tatiana Huezo, México, 2021.

En un poblado donde se cultiva la amapola, vemos la vida a través de los ojos de tres jóvenes en constante alerta ante la amenaza del narcotráfico y la negligencia venenosa de los militares. Las piedras se caracterizan por su alta resistencia, como Ana, Paula y María. Ellas se inmovilizan, se sepultan, se inhuman cuando la atroz violencia se aproxima e irrumpe repentinamente en sus vidas. Un día en la escuela, Ana describe las cualidades de su cuerpo con una figura hecha de objetos: tiene ojos de maíz, una columna de alacrán y un corazón de tres piedras. Con este juego de la imaginación ella expone ante la clase los elementos que construyen su sobrevivencia.

7. Laberinto Yo´eme, Sergi Pedro Ros, México/España, 2019.

A pesar de todo, el pueblo Yaqui sigue aquí. Después de generaciones explotadas, cooptadas por el narcotráfico y despojadas del agua, siguen aquí. El venado sigue danzando en los desiertos y según la voz de los ancianos, lo que le pase al pueblo Yaqui también le sucederá al resto de los pueblos. Se trata de un documental que conecta valientemente el dolor con la alegría de uno de los pueblos con más generaciones en resistencia de la tierra mexicana.

6. Annette, Léos Carax, Francia/Alemania/Bélgica, 2021.

El sexto largometraje en casi cuatro décadas del ya no tan niño terrible del cine francés, Leos Carax, pone en escena a Henry, Anne y a su pequeña hija de dos años, Annette, juguete roto y niña sobrenatural de voz prodigiosa. Henry y Anne representan a la pareja de celebridades del momento (la que tú quieras). Juntos encarnan una historia retorcida de amor mediático y venganza metafísica: hombres que se odian a sí mismos y buscan ser amados por mujeres; y mujeres incapaces de amarse a sí mismas en busca de la aprobación masculina, los aplausos, los reflectores y las selfis. Una película apta para los amantes del género musical, y también para aquellos que lo odian a muerte. Tan buena como insoportable, oscila entre la ópera, el teatro experimental, el stand-up corrosivo y la improvisación callejera.

5. Algunas bestias, Jorge Riquelme Serrano, Chile, 2019.

En Chile, una familia tiene la fortuna de adquirir una isla. Se trata de un paraíso boscoso en el cual se busca emprender un proyecto de turismo ecológico, o algo que se le acerque. Tiene lugar un fin de semana en el que los abuelos son invitados y, con ello, el infierno se desata. Los secretos corroen las paredes y el hogar se desmorona poco a poco. Las actuaciones son tan notables que las sensaciones que deja esta película invitan a exorcizar fantasmas familiares propios y ajenos.

4. What Do We See When We Look At The Sky?, Alexandre Koberidze, Georgia, 2021.

Verano cálido en Kutaisi, Georgia. Después de un par de encuentros azarosos, Lisa y Giorgi deciden encontrarse en un bar para conocerse. El día de la cita ambos despiertan con una apariencia distinta. A pesar de la maldición de estar transformados en otros, deciden presentarse al lugar. ¿Serán capaces de reconocerse? Queda la ilusión sin esperanza. Con sol, helados y el mundial de futbol de fondo, la historia de este romance es también un himno de una ciudad pequeña y olvidada que se despliega en una sucesión poética de lo cotidiano.

3. Titane, Julia Ducournau, Francia/Bélgica, 2021.

Un niño desaparecido 10 años atrás y una joven bailarina con la cabeza rota que huye de la policía coinciden en el final de una larga ausencia padecida por Vincent. Este padre y jefe del departamento de bomberos no sabe si ha encontrado a su hijo, a su amante o algo completamente nuevo y desconcertante para cualquier ser humano. Baile, fuego, motores y crímenes encuadran la que quizás sea la película más desconcertante del año.

2. Lamb, Valdimar Johannsson, Islandia/Suecia/Polonia, 2021.

Maria e Ingvar son una pareja de granjeros que no ha podido procrear. Sin embargo, ello no les impedirá desempeñar su papel parental, pues un peculiar miembro recién nacido se unirá a la familia. Con tintes fantásticos, la película nos presenta a una criatura, mitad oveja, mitad niña, que pondrá a prueba todo aquello que comprendemos como maternidad y, sobre todo, como pérdida. Y es que, más allá de la alegría que implica la integración de un nuevo y deseado miembro en la familia de Maria e Ingvar, la historia, cuya atmósfera tensa nos pone en el filo del asiento desde sus primeros minutos, tendrá un giro siniestro que descoloca al espectador. Y, sobre todo, como buena exponente y heredera de la tradición del cine nórdico, esta cinta pone en crisis lo que se puede concebir como un duelo, explorando los rincones más obscuros de la emoción humana.

1. Memoria, Apichatpong Weerasethakul, Tailandia/Colombia/Francia/Alemania/México/China, 2021.

Se trata de una de las experiencias acústicas más brutales en mucho tiempo. En Memoria la conciencia se desvanece sutilmente en un lugar donde el recuerdo se encuentra con fantasmas para coexistir en un espacio atemporal. La película cobra sentido a través del entrelazamiento de momentos sencillos y cotidianos con otros trascendentales y misteriosos. Es una experiencia sensorial en toda la extensión de la palabra, pero también espiritual. Es sin duda una película que se queda contigo una vez que terminan los créditos, junto con un sonido persistente que provoca ganas de ser encontrado.

Mención honorífica

Soul, Pete Docter y Kemp Powers, Estados Unidos, 2020.

Al final de 2020, fue una dulce coincidencia que Pixar estrenara su película más simbólica y metafísica. Según nuestras fuentes, también quiso tener tintes enteógenos, pero al final no se lo permitieron. En un afán de optimismo, es alentador que las películas infantiles aborden el sentido de la vida como tema y dejen descansar a las princesas, los ponis y los superhéroes de vez en cuando.

Grandes decepciones

Resident Evil: Welcome to Racoon City, Johannes Roberts, Alemania/Estados Unidos, 2021.

El regreso de la saga había generado altas expectativas en sus seguidores, pues se esperaba una renovación de ésta. El filme, escrito por Johannes Roberts, tenía como encomienda narrar los hechos que dieron lugar al desastre e invasión de monstruos y muertos vivientes en el poblado de Raccoon. Para ello, Roberts realizó una adaptación libre y en extremo laxa de los videojuegos de Capcom. A pesar de contar con una banda sonora que recupera algunos grandes éxitos de los años 90, del uso intuitivo de los planos medios y generales (que nos saca del efecto de terror de los planos subjetivos y de los primeros planos), su desempeño narrativo y técnico es bastante mediocre. El guión deja lagunas que provocan confusión y se hace un despliegue de efectos visuales excesivos que poco o nada suman al conflicto desatado por la presencia de criaturas mutantes gigantes, un científico enloquecido y una horda de zombies y animales sedientos de sangre. 

The Matrix Resurrections, Lana Wachowski, Estados Unidos, 2021.

Hicimos una crítica de esta cuarta parte de la saga y se nos terminaron las ganas de volver a hablar de ella. Sin duda fue la decepción fílmica de una generación.

Imagen de portada: fotograma de Noche de fuego, de Tatiana Huezo, México, 2021.

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