Somos idiotas, dice Felipe Calderón

por Héctor Gutiérrez Trejo

Felipe Calderón dice que el PAN perdió el rumbo: tejió una alianza con el neofalangista Vox. Santiago Abascal, caricatura posmoderna de José Antonio Primo de Rivera. Los mexicanos son una raza inferior, infantil, inacabada, que, en un teatro edípico no resuelto, necesita que el hombre blanco la guíe a la razón y la modernidad, hacia el progreso. Piensa Vox. Los proyectos (mínimamente) antineoliberales son un peligro para México, piensa Calderón. La coma como acto de resistencia ante la tiranía de la palabra. Y sin embargo la coma también es una palabra. El silencio y el ruido no son antónimos, sino transnónimos: cosas diferentes que se vuelven una misma cosa y tienen un distinto devenir; sin que se separen del todo, mantienen una autonomía sin rompimiento. Como el amor y el odio. O el ADN. La modernidad y el progreso, palabras huecas ante un futuro que nos ha sido negado, atavismo del siglo XX: todo lo que se aleje un par de grados a la izquierda del neoliberalismo es salvajismo. Comunismo. Comunismo visto como antonimia del progreso. Y no como su transnónimo: algo en principio distinto, que se vuelve lo mismo pero con un distinto devenir. El capitalismo fue transnonímico: permitió el progreso, fue revolucionario. Ahora es antonímico: se opone a cualquier forma de organización que busque un progreso ajeno a su modelo de explotación y acumulación de la riqueza. El plusvalor como antonimia de la humanidad.

Calderón reprueba que el PAN haya firmado un pacto con Vox. Vox aduce que el machismo es culpa de las mujeres. Calderón aduce que la drogadicción es culpa de jóvenes que se alejaron de Dios. “Tienen poco que creer, que no creen en la familia, que no tuvieron; que no creen en la economía o en la escuela; que no creen en Dios, porque no lo conocen”,1 arguye Calderón. Los milenials somos una generación sin futuro, admite de forma implícita: no creemos en la economía porque la economía nos condenó a trabajos precarios e inestabilidad laboral. No hay futuro. “No me siento representado por la palabra fascista, no me considero facha”,2 asevera Abascal. El fascismo posmoderno, dice Mark Fisher, es un fascismo negado:3 no soy fascista, pero “soy partidario de abrir la puerta de mi país o la puerta de mi casa a quien se la quiero abrir… que las alambradas sean sustituidas por muros”,4 apunta Abascal.

El cómodo autoespectáculo de la frivolidad. Abascal en el senado mexicano junto a Eduardo Verástegui. Imagen tomada del Twitter del supremacista español.

Primo de Rivera se niega a sí mismo, pero quiere que votes por él. Primo de Rivera vive en el corazón del hombre común, en el burócrata, que no es fascista pero cree que los inmigrantes islámicos le roban el trabajo a los españoles. La guerra contra el narco de Calderón no fue más que un proyecto de clase materializado en forma de una guerra contra la gente pobre, morena y fea ante la posibilidad de su organización colectiva masiva tras el fraude del 2006. Los descabezados de la nota roja, siempre morenos, que sirven para avanzar en la imposición de la axiomática del neoliberalismo. Decapitados en el Metro, La Prensa y El Gráfico. Las élites blancas en las revistas del corazón: Hola, Club y Quién. Las vidas inocentes que se perdieron por la sed bélica de Calderón son daños colaterales. El capitalismo, apuntan Deleuze y Guattari, desterritorializa, destruye todo tipo de normas sociales, lazos sociales, formas culturales, rompe identidades, pero al mismo tiempo reterritorializa por medio de estructuras atávicas, religiosas y autoritarias. Privatización de las empresas estatales. Salinas de Gortari restablece relaciones con el Vaticano. Debilitamiento del Estado y liberalización del mercado. Fox le besa la mano a Juan Pablo II. Abascal, el del PAN, no el de Vox, hace que despidan a una maestra por enseñar Aura, de Carlos Fuentes, en la escuela de su hija.5

El novio de México en la comodidad de sus portadas.
Imagen tomada de las redes sociales de la publicación.

Es cierto que en México partidos que se identifican con la izquierda han signado alianzas con institutos políticos de corte confesional. Morena y el PES, el ejemplo. Sin embargo, sin que sean loables, y sin justificarlas, dichas coaliciones han sido de carácter pragmático-electoral y no hay una supeditación de la agenda de izquierda hacia la agenda evangélica del PES, sino todo lo contrario. Morena, más allá de sus errores y el conservadurismo del presidente —no confundir conservadurismo con derechismo, porque incluso la derecha, es decir, el liberalismo, puede aparentar ser progresista—, ha impulsado a nivel regional temas como el aborto6 y el matrimonio igualitario, que son contrarios a la plataforma del PES, partido que ya perdió el registro dos veces a nivel federal. Incluso se puede argumentar, sin hacer una apología, que la derecha evangélica, identificada con sectores de las clases bajas de la sociedad mexicana, es distinta a la derecha católica criolla, el Yunque, que predomina en el PAN y las clases altas. Las que salen cada fin de semana en Hola, Club y Quién. Acción Nacional, más allá de que, ante el escarnio público, se haya retractado de la carta suscrita con Vox, sale del clóset y se vuelve a meter: en el fondo comparte la misma ideología y es proclive a la misma agenda contraria a movimientos populares y otras formas de organización social estigmatizadas y criminalizadas por el neoliberalismo. Ambas, a su vez, resultan más cómodas para las élites económicas que movimientos populares con una plataforma abiertamente antineoliberal. Véase el golpe blando contra Lula en Brasil.

¿Acción Nacional y Vox coincidirían en la abolición del libre mercado? ¿Apoyarían al magisterio disidente? El PAN es un Vox que se autoniega, pero suscribe acuerdos con el Frente Nacional por la Familia.7 Calderón sería antes candidato de Vox que de Podemos. El PAN y Vox no son antonímicos, tampoco transnonímicos, son hipernomínicos: lo mismo pero llevado al extremo. FRENAA llamó a votar por los candidatos del PRI y el PAN. Los españoles liberaron a los pueblos del Altiplano del yugo mexica, alega Vox. Me parece una arbitrariedad el retiro de la estatua de Colón en Paseo de la Reforma, alega Calderón.

Orgulloso michoacano presume cercanía con el actual presidente de Estados Unidos.
Imagen tomada del Twitter de Felipe Calderón.

Notas

1 Herrera, Claudia y Cruz, Ángeles. “No creer en Dios hace a la juventud esclava de narcos, señala Calderón”, en La Jornada.

2 Redacción, “El PSOE utiliza a Vox para meter miedo a los ciudadanos y otras frases de Santiago Abascal”, en La Vanguardia.

3 Mark Fisher, “Políticas de la des-identidad”. Los fantasmas de mi vida, Fernando Bruno (trad.), Argentina, Caja Negra Editora, 2018. p. 266.

4 Mopez, Víctor, “Las 12 frases más peligrosas de Santiago Abascal, líder de Vox”, en Los Replicantes.

5 Redacción, “El libro de Carlos Fuentes que fue censurado durante el gobierno de Fox”, en Reporte Índigo.

6 Redacción, “Aborto en Hidalgo ya es legal: se publican reformas para su despenalización”, en El Financiero.

7 Redacción, “Anaya coincide con Frente Nacional por la Familia en rechazo al aborto”, en El Financiero.

***
Héctor Gutiérrez Trejo

Periodista adicto a los doritos nacho y a la coca cola. Y a los cheetos bolita de desayuno. Ha sido reportero en Reforma y coordinador editorial en Esquire Latinoamérica. Actualmente colabora en El Financiero.
Twitter: @tedefrijol

Imagen de portada tomada del Museo Memoria y Tolerancia, compartida el 30 de agosto de 2021 en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada.

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