por Jaime Woolrich
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Sírvase/fúmese
una ligereza
en medio de una tristeza cualquiera
***
Y para qué “mariposa”
Antes
oruga que jesucristo clavado
en el muestrario de un entomólogo
Antes
rastrera infinita
que insecto del parabrisas
antes
venenosa
que muerta de hambre
en busca de la miel ansiada
y elocuente de las flores
antes
de hinojos
que escupida hacia la nada
por una traicionera ráfaga de un aire
antes
mil veces antes
oruga que mariposa
que dé miedo de envenenarte
que dé un poco de ternura.
***
Vocación
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
César Vallejo
Quemé las naves, anduve la orilla del camino, botando cristos con la convicción de quien cree en la derrota como un barco que al hundirse tira las provisiones al mar y se salva: “Ya estamos perdidos, deshágamonos de la belleza”.
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Y sin embargo, alguna vez, exprimiendo al destino, reconocí mis manos y palpé mis piernas y me dije: “yo he de andar y construir o viceversa”.
++
Y escupí la gota que derramó el vaso de entenderme.
++
Y tiré los cristos del alma antes de que, por su propio peso, se cayeran.
***

Gorrión de felpa
Ven, con tu anticanto,
pequeño gorrión de felpa
come de mi mano
bebe del cuenco
alimenta tu rabia de vuelo de ornato
ya diste lo que podías
yo no te juzgaré:
pondré mi amor en tu odio
mientras en tu “vuelo”
te matas con ternura
intentando demostrar
que no te caes
cuando extiendes la alas.
[…]
Platicaré contigo de rodillas,
a esa
tu altura única
y miraré
sonriente
la pequeña sombra
que dejas en los días soleados.
***
La dulzura de los rincones
A ojos vistas, debe parecer una gran mentira el alma
y por eso suele establecerse en los rincones
también pienso que cada ínfula
de mi hermoso cuerpo sarniento
es una almita llena de pus
Y la exprimo y desaparece
y pienso que el alma está a mi merced
***

Disquisición sobre mis manos
Mis manos no sostienen el aire que las rodea, el mismo aire las evita para no irse con un aire a muerto.
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Mis manos mueren lo que tocan y también las líneas rectas que lo llevan del punto A al punto B, cosa tan sencilla. Corre peligro la geometría en mis manos.
++
De emerger del mar, mis manos saludarían con gracia y sin ánimo y volverían a hundirse como una caricatura de miss universo.
***
Me toco
solamente lo necesario
Y no me doy asco del todo
(al parecer existo y soy tangible).
Pero mi más sentido triunfo es cuando orinando
con el vapor al aire meo
***
Hoy tiré una meada de un color amarillo solar: hermoso.
Los desechos del baño se sonrieron como si fuera su primera vez
No hubo mosquito que no brindara con un poco de mi sangre revoloteando en el chorro.
Cantó
con el agua del escusado
el swing de los girasoles:
mi meada.
***

Qué sed mi sed
que me empelusa y me escombra
y me deja
agua
que no llega nunca
y polvoso de infierno:
el regreso de todas las culpas
los dedos inquisidores en que me miro
y no me peino,
no me peino y me adolezco más que nazco
Vomito en los vientres de las yemas de mis dedos
que no paren pumas
ni dan a luz a lo oscuro
sino sólo la neblina donde cuando mucho me quito las lagañas
y me caigo cada vez que intento
y me sostengo de mi ser caído para no seguir cayendo
Sed que de atisbos valga la sed aunque nunca llene
un pequeño pocillo de risas ni logre
abrir definitivamente los ojos siempre y nunca entreabiertos
a los milagros que un día la biblia me malacostumbró.
***
Expectativas
Veo cómo tus ojos se fueron vaciando de expectativas
las cuales fuiste construyendo
una a una sin importar que se cayeran las más altas
pues contabas con otras y otras y otras como conejos de magia
En tu ojo alquimista que inventaba del escombro oro de nube
también se fundieron las nubes y se licuaron con la nada
y así se fueron cayendo
más y más las expectativas
y doliendo cada una
y hubo una cúspide de dolor,
un dolor último
dolor de tantos dolores
Y veo cómo tus ojos se fueron vaciando de expectativas
hasta que dejé de verme en tus ojos
y dejé de verme en tus dolores
***

Haikus donde se pretende que no pase nada:
Mi lengua es
una paloma de bolsillo
en un árbol sin hojas.
Mi hambre
es el hoyo
por donde se escapa el río.
Ninguna palabra
despilfarra
el claroscuro.
Silbar quedito
en lo que
calla el mundo.
***
Al que vende
los raspados con un megáfono y
un casette:
Junté
mi par
de manos
para
un rezo:
besé
cada
par
de
dedos
juntos
y cada
uña sucia
como un jilguero
de
tendedero en
ten
de
de
ro
en la ropa sucia
no olvidé
secar
mi lengua
al sol
sin (rosa)
que niegue
lo visto:
algo me hizo
flauta de carrizo
y
también ying me hizo
y
también yang me hizo
otra
vez
***

La realidad es un conjunto de acuerdos
que pueden ser ciertos o que
pueden estar debajo de
la alfombra:
crepita y crepita
el miedo
como un bombón
antes de morir
que oye
en la ronda
de los que
acampan
un cuento
de terror.
***
Oración:
Todo lo que tengo de mediocre me lo debo a mí mismo.

Estos poemas forman parte del poemario inédito Mediocridad.
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Jaime Woolrich. Tehuano radicado en la Ciudad de México, estudió letras hispánicas en la UNAM. Fue parte del consejo editorial de la Revista Síncope. Ha participado en la edición de libros recopilatorios y de poesía con la Asociación de Escritores de México, además de publicar poesía y crónicas en distintos medios. Aparece en la antología Guelaguetza Poética 2019, anuario de poesía, de la Editorial Girku. Tiene varios blogs pero no se acuerda de la contraseña de ninguno.
Twitter: @jaimewoolrich
Imagen de portada: Francis Bacon, Tres estudios para el retrato de Lucian Freud, 1962.
Hola! 🙂 quisiera compartirles un maravilloso proyecto musical mexicano ¿tienen algún correo de contacto? gracias!
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Claro que sí, nuestro correo es: alturadesprendida@gmail.com
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