Si hay una pensadora que esté en boca de todxs al hablar de temas sociales tales como el racismo, el sistema carcelario, el feminismo negro* y la defensa de libertades civiles, definitivamente es Angela Davis.
Con una biografía fascinante (que incluye ser miembro del Partido Comunista estadounidense desde 1968, alumna de Herbert Marcuse, profesora emérita y vitalicia de la Universidad de California en Santa Cruz, en el Departamento de Historia de la Conciencia, así como haber estado encarcelada por dieciséis meses), Davis se caracteriza por emitir fuerte y claro sus posturas desde la academia y el activismo político.

El libro Mujeres, raza y clase, traducido por Ana Varela Mateos, se considera uno de los más importantes referentes dentro del feminismo negro. A lo largo de 13 ensayos, aborda la condición de las mujeres racializadas y nos brinda un amplio panorama de los acontecimientos clave dentro de la evolución de un feminismo negro. Éste, al contrario del feminismo hegemónico, hace especial énfasis en las distintas opresiones que sufren las mujeres afrodescendientes y propone analizar su situación particular desde las aristas que las atraviesan.

Para Angela el feminismo debe abarcar todas las opresiones, hablar no sólo de las mujeres sino también de los hombres racializados, las personas trans, la pobreza, la esclavitud; en suma, un feminismo integrado.
Hemos aprendido de los estudios feministas que el mundo no es homogéneo, que todas las mujeres no son blancas, que todos los negros no son hombres, que si no incluimos a la justicia racial la justicia económica, ésta no se ha logrado entonces.
Angela Davis, 2018

Nota
*Es importante mencionar que existen diversas formas en que las mujeres africanas y afrodescendientes nombran su lucha en contra de los sistemas opresivos.
Imagen de portada: Unite, 1971. ©Barbara Jones-Hogu, Dick S. Ramsay Fund. Tomada del Brooklyn Museum.