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Las anguilas

Periodismo y costumbres en los días de la presidencia de Fujimori.

por Jorge Isaac Aróstegui

En el salón de redacción del diario El chino, o sea la cantina entre Arriola y Justo Juez, tres hombres, Las anguilas, intentan elegir a la malcriada de la semana. El primero se inclina por Naomi, una chica de la selva que ayer cumplió 17 años, pero cuando tuvo la sesión de fotos con Romerito tenía 16. Lencería de tigresa y en el poto una pequeña cola. Se tapa los senos con la Constitución peruana. El segundo, previo vaso de pisco y cigarrillo, se inclina por Tatiana: una mujer sumamente sensual y voluptuosa, pero con la mirada triste. Nos va a quitar ventas, esta mujer está dolida. El tercero opina a favor de Carlita, pero la manzana de adán le sobresale y no pudo pasar antes de Romerito por una barbería. La discusión demora hasta la cena. Piden arroz chaufa para bajar la melancolía y seguir con la noche (el jefe paga). Nos van a caer por pedófilos y la policía está que jode mucho últimamente. Descartada Naomi. Y no puedes ser cabro en esta ciudad, Antonino, te han seguido y todo el mundo sabe que estás enamorado de Carlita (saca una copia estática de un DNI), o debería decir Carlos Basombrío Catalán. Además, seguro que Romerito anda igual de loquita. Al menos si se hubiera afeitado la cara antes de las fotos podríamos pensarlo. Antonino llora porque está borracho, enamorado de Carlita, y porque ella está con Romerito entrando a un hostal, el afamado «Nieve del Huascarán»: tv cable, espejo en forma de corazón y canal porno (con excelente catálogo).

Somos el cuarto poder, y de tanto poder nos ponen a elegir a la malcriada de la semana.

Yo estudié literatura, yo estudié administración de empresas, yo entré porque mi tío es el asistente del viejo Wolfenzon, el dueño. Qué pena que le dieran seis años de cana, al menos podemos volver a nuestras carreras. Pero antes, la noche es joven, estamos bien comidos. Le compramos pasta al negro Jesucristo, el salvador de La Rica Vicky, y nos vamos donde la Catalina (con la nariz bien parchada). Hoy es martes, dos por el precio de uno. ¿Y tú, Antonino? Al menos rómpele la espalda a Romerito, y olvídate de Carlita, no es bueno que andes turbado y sin poder sentarte, consíguete una mujer o una almohada. Cholo, una ronda de piscos más, y súbele el volumen a la radio, cambia esa salsa. Pon radio programas, que en cualquier momento renuncia el chinito, tu chinito, nuestro chinito. Qué feos somos los peruanos. Ya nos jodimos todos. 

Una luciérnaga al entender de Johnny Azaguate, tal vez.

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Jorge Isaac Aróstegui
 (Abancay, Perú) estudió la licenciatura en dirección cinematográfica en la Fundación Universidad del Cine. Concluyó recién la maestría en escritura creativa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina, a cargo de la escritora María Negroni. Escribe guiones cinematográficos y ficción. Estudia y admira a José María Arguedas.
Instagram: @jorgeisaacarostegui

Todas las imágenes de esta entrada fueron tomadas del acervo del Museo de Arte Contemporáneo de Lima. La obra de la portada se titula Dictadura científica y es de Markko Cruz.

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