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Las veces que Patricia Highsmith me salvó

Una escritora norteamericana aventuró libertades con su ejercicio artístico.

por Ivonne Reyes Chiquete

—Este texto fue leído en el conversatorio posterior a la función de estreno del documental Loving Highsmith, de la cineasta Eva Vitija, celebrada en el Cine Tonalá el 12 de agosto de 2023—.

Tenemos poco tiempo, por lo que voy a leer un breve texto, donde más que centrarme en las evidentes virtudes del documental que acabamos de presenciar, como el montaje, la fotografía, la recuperación de imágenes de archivo, la inclusión de entrevistas con personajes clave en la vida de Highsmith, la música; me quiero avocar a la línea argumental: una escritora que ha pasado a la historia como misógina se nos muestra como una mujer que amaba y fue amada por mujeres:

Lo ocurrido y lo disponible. Imagen tomada de las redes sociales del Cine Tonalá.

Fui una niña que un día leyó Mujercitas y entonces supo la persona que quería ser en la vida: una escritora que escribiera sobre muertos. Así lo configuré desde esa, mi primera lectura de novela en la vida. En un mundo donde las opciones para ser “mujercita” eran peinarme los bucles con tenazas ardientes y usar vestidos lindos para que los hombres me vieran y se me llenara el carnet de baile y eventualmente alguno me hiciera su esposa y tener muchos hijos que cuidar; o bien, ser como Josephine March, alter ego de Louisa May Alcott, y escribir sobre muertos y violencia, como veía hacer a los hombres, esos seres que tenían poder, pero sobre todo libertad. Eso era, para mí, mucho más atractivo, pero ¿eso me hacía misógina a los diez años?

Al menos, a esa edad no tuve que soportar las preguntas de la prensa: ¿eres feliz?, ¿por qué vives sola?, ¿no es mejor vivir rodeada de personas que te quieran?, ¿por qué publicaste Carol bajo seudónimo? Maldita sea, cómo se atreven a cuestionar así a Highsmith, es lo que pienso, y veo su cara seria, sus respuestas parcas, y siento cómo la sangre nos hierve a ambas y entonces lo entiendo: el mundo era el que era highsmithsógino, si me permiten el término. El mundo lo sigue siendo; hemos avanzado, pero lo sigue siendo. A mí alguna vez un reportero me dijo: ¿pero por qué escribes de estas cosas tan feas si te ves tan modosita?

El sistema no soporta a la que se sale de la norma, una norma injusta, violenta y represora. A pesar de sus grandes logros, su madre no aceptaba a Patricia porque no había cumplido las expectativas del sistema, uno que no la quería exitosa, sino a la sombra de un hombre exitoso.

A mí también me han dicho que mi novela es misógina. Y ver este documental, conectar con Highsmith una vez más, me da la fuerza para decir: no, no lo es. Lo que odiamos es la construcción social del rol femenino, tan puntualmente retratados, por ejemplo, en los Pequeños cuentos misóginos de Highsmith. Un rol sumiso, de paridora, al servicio de otro, interesada sólo en su imagen y en atraer varones, que finalmente la van a traicionar y a los que va a perdonar, puagh.

Una mujer brillante, incisiva, como lo fue Highsmith, no podía encajar en ese patrón, no lo hizo, y creo que la gran afrenta al mundo de ella no fue escribir sobre hechos violentos o crear a un asesino que nos fuera cercano, al que le justificáramos sus acciones criminales, con el que somos felices cuando se sale con la suya; tampoco fue mostrarnos las mentes de sus personajes regodeándose en la culpa o darle la vuelta al sistema moral para ponernos a dudar de lo que siempre creímos que era lo correcto, poner en jaque las certezas. Todos esos son grandes logros literarios que la llevaron a la cima, pero creo yo que su gran afrenta al mundo fue darnos un final feliz en una historia de amor entre mujeres. Eso sí que fue disruptivo y maravilloso. Y por eso celebro infinitamente que este documental ponga la mirada ahí.

Cartel de una película que propone el enfoque en los cariños.

Gracias, Patricia, por salvarme siempre, gracias a las escritoras que con su voz me han salvado y me siguen salvando siempre, y gracias a Artegios distribución por traernos hoy a amar, a adorar a Highsmith.

Por cierto, la obra con la que gané el premio nacional de novela negra y ante la que el jurado, al conocer mi nombre tras el seudónimo, se sorprendió de saber que habían premiado a una mujer, esa novela, se llama Muerte caracol. Ustedes ya se imaginarán en homenaje a quién.

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Ivonne Reyes Chiquete
 nació en la Ciudad de México. Es comunicóloga por la Universidad Iberoamericana y egresada de la Escuela de Escritores de la Sociedad general de Escritores de México (Sogem). En 2009, ganó el IV premio nacional de novela negra Una vuelta de tuerca con Muerte caracol (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2010); este 2023, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) lanzará una reedición de esta novela. Sus cuentos, crónicas y obras de teatro han sido publicados en antologías de las editoriales Nitro Press, Trajín, ediciones B, El salario del miedo, Plaza y Valdés, entre otras. 

Imagen principal: Patricia Highsmith a la máquina de escribir. Fotografía tomada de la Gaceta UNAM, de un artículo conmemorativo de la novelista.

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